
No hay motivos para dudar de la verdad
Siempre que las mentiras se confundan
La fuerza de un sentimiento se desdibuja entre el día y la noche
hay un ritmo suave que establece paralelismos entre el todo y la nada
La frialdad de las estatuas falsifica los límites entre el bien y el mal
Desde el acantilado no sabes apreciar las diferencias entre aquello que resulta semejante
Es cierto que la vida confunde
Que el optimismo es cóncavo
Que el pesimismo es convexo
Y que un punto intermedio quedará abierto
Allí donde se cierren las heridas
Donde el aire se renueve
Donde caiga desaparecido todo lo que nos hizo daño
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