jueves, 22 de junio de 2023

28 DE DICIEMBRE DE 2020. LUNES.

 

Me gusta el teatro y me gustan las obras críticas que presentan alternativas ante las estrictas convenciones sociales que en el siglo XIX encorsetaban, por ejemplo, las relaciones matrimoniales.

Destaco sobre todos los demás el personaje de Nora Helmer que se cree felizmente casada con un hombre que la humilla y la juzga y la hace sentir como una muñeca dentro de su propia casa.

La máxima tensión dramática estalla con la decisión de Nora, la decisión de reencontrarse consigo misma, de abandonar la casa donde ella no representa nada y de autoafirmar su condición individual e independiente. Es una reacción que pone de manifiesto el valor y la capacidad de resolución de una mujer que abandona su papel de madre y esposa para liberarse del rigor de una sociedad machista que no ha dejado de oprimirla desde que era una niña. Conceptos como la verdad, la familia, la libertad…ofrecen en “Casa de muñecas” de Henrik Ibsen, una lectura distinta donde la afirmación del yo es el eje sobre el que la protagonista consigue escalar y triunfar, desviándose y alejándose de lo que todo el mundo esperaba que hiciera.

Muchos críticos la consideran la primera obra teatral verdaderamente feminista. La obra se estrenó en el Teatro Real de Copenhague en 1879. Su autor es considerado el más importante dramaturgo noruego y quizá sea por esto por lo que sus obras no han perdido vigencia. Es el padre del drama realista moderno, un drama que desgraciadamente no solo se da sobre los escenarios.


 

LA TRAYECTORIA DEL CAOS

 

Le agradezco con otra sonrisa su mentira piadosa; es lo menos que puedo hacer.

Me ha dicho que me recuperaré muy pronto, que saldré de la UCI, que me llevarán a planta, que retomaré mi vida de nuevo, que volveré a andar.

Ella no sabe quien soy; me llama por mi nombre, pero no tiene ni idea de lo que siento, de cómo he vivido hasta ahora, de lo que me gusta y de lo que detesto.

Me gustaría explicarle que siempre he sabido que la escritura me conducía hasta otros tiempos y otros espacios en los que resultaba mucho más fácil elaborar mis sueños. Me gustaría que supiera que escribo poemas y que siempre he andado buscando la inspiración. Jamás podrá suponer cuánto extraño la noche, una noche pura, de insomnios voluntarios, de palabras infinitas, a través de las cuales he logrado llegar un poco más allá.

Ahora, sin embargo, solo advierto esta dificultad para respirar, esta sensación de falta de aire, esta presión en el pecho, esta incapacidad para hablar y también para moverme. Solo advierto que la soledad y el silencio son mis más fieles compañeros y que la muerte está cada día más cerca.

Es la voz de esta enfermera la que llena todos los vacíos que siento, todos los huecos que padezco.

Me miente, pero no me importa. Se lo agradezco. Por eso esbozo sonrisas que para ella serán imperceptibles casi con toda seguridad, pero para mí son una respuesta, quizá la única que puedo expresar ante este caos interno que ha estrangulado mi vida sin que yo haya podido detener en ningún momento su maldita trayectoria irregular.

 

PENUMBRA

 

No es el remordimiento lo que le impide conciliar el sueño; es el deseo de tratar con el diablo la ausencia vitalicia de penumbras en sus alucinaciones. Quiere firmar un contrato dejando como fianza sus noches de descontrol en plena pandemia. Quiere alquilar una caldera en el infierno. Su estado comienza a ser narcótico. Para él los ángeles van vestidos con traje EPI. Se siente agotado, agotado. Piensa en las fiestas clandestinas, en el frío de las calles, en las gotas de cerveza deslizándose lentamente, en la transparencia de las copas, en la piel desnuda de aquella Ángela y de todas las demás. Poco a poco puede escuchar una especie de banda sonora que se instala en lo que parece un decorado de cartón piedra y es que los soportales están vacíos y las farolas rotas y el portal de su casa parece una cueva con puerta pequeña, incapaz de engullir las dimensiones infinitas que adquiere la estupidez humana. Él, por supuesto está ahí; formando parte. No hay nadie más. No obstante, atraviesa la puerta y la PCR da positiva antes de llegar al comedor. Estalla la tormenta en este espacio onírico, pero no se advierte bien si estamos en el presente o en el pasado. Lo que está claro es que comienza el vacío y la búsqueda.

¿Dónde están sus padres?

La lluvia de instantes no cesa jamás; instantes que podría haber cambiado, haber evitado, haber suprimido, haber guillotinado…

Lo que menos le importa es no dormir, lo verdaderamente insoportable es la penumbra que lo invade todo, transformando su sueño en la peor pesadilla.

¿Remordimiento?

¿Arrepentimiento?

¿Qué más da?

Todo el daño está hecho.