viernes, 31 de marzo de 2023

JORGE LUIS BORGES

 


La escritura borgiana es un incomparable estímulo para la invención narrativa. Su obra es una enciclopedia de la imaginación y una antología de la inteligencia. Borges identifica el libro y el mundo. ¿De qué modo? Concibe el mundo como un caos, donde el hombre está perdido igual que en un laberinto. Por lo tanto, la figura triunfadora es la del lector como descifrador del texto, o sea, del mundo. Al mismo tiempo, ha expresado su nostalgia de una novela ideal, libro infinito, fundada en el caos, en la contradicción, en la que todos los desenlaces puedan producirse y cada uno de ellos sería el punto de partida de nuevas bifurcaciones. Es un maestro del escribir breve. Usa la palabra más exacta, la que mejor dice lo que nombra, y la hace refulgir en el contexto. Condensa. Sugiere. Es preciso y conciso. Dice mucho con muy poco: para captar la precisión del lenguaje debemos detenernos en su producción.

 

QUÉ ESCRIBIR

 

Borges empezó a escribir narrativa fingiendo que el libro que quería escribir ya lo había escrito otro y él debía reseñarlo. Para Borges el texto literario consiste exclusivamente en la sucesión de palabras que lo componen. De ahí su preocupación por elegir la más significativa. Al mismo tiempo, dice que un volumen de versos, por ejemplo, no es otra cosa que una sucesión de ejercicios mágicos. El modesto hechicero hace lo que puede con sus modestos medios. Una connotación desdichada, un acento erróneo, un matiz, pueden quebrar el conjuro. Entiende la magia como un arduo trabajo para aprehender el conjunto de las palabras, para otorgar forma y estructura a sus vivencias.

 

LOS TEMAS CENTRALES

Cuatro temas centrales: el caos, el infinito, la personalidad y el tiempo, constituyen el orbe borgiano. Los expresa fundamentalmente a través de párrafos sintéticos, variedad de ritmos,  movimientos sintácticos, y adjetivos inesperados.

 

El caos y el cosmos

Frente al caos de la realidad opone el orden en la ficción para buscarle un sentido. Varios de sus cuentos se centran en el absurdo universo donde nos toca vivir; por ejemplo, la lotería que rige los destinos de los babilonios en un mundo dependiente del azar (en “La lotería de Babilonia”), la monstruosa biblioteca de Babel, el extraño palacio donde medita el solitario Asterión o la ciudad de “Los inmortales”.

 

El infinito

Toda realidad se disuelve en el infinito; todas las metas en el mundo son inalcanzables, por eso él habla de malvado infinito. Borges lo convoca, lo alude o lo desarrolla como argumento para conjurarlo.

 

La personalidad

Para liberarnos de este mundo, Borges se propone anular el individualismo y, en este sentido, emplea las enumeraciones y las superposiciones. “Nadie es alguien, un solo hombre inmortal es todos los hombres.”

 

El tiempo

La idea que nos transmite Borges es que el tiempo es el constituyente del hombre: el ser humano está integrado por las horas. Sin embargo tiene también una función desintegradora. Intenta sintetizar lo que somos en el presente más lo que hemos sido a través de la Historia.

 

 

EL ENFOQUE NARRATIVO

Las vertientes narrativas de la ficción borgiana son principalmente, la policíaca y la fantástica.

 

La policíaca

El verdadero enigma está constituido por el trabajo mental del detective en torno a sí mismo. En realidad, como en “Emma Zunz”, suele violar el género policial: en lugar de plantear de entrada un enigma, el relato avanza hacia el enigma que al final no se devela al haber dos posibles desenlaces.

 


 

La fantástica

¿A partir de qué procedimientos constituye Borges el territorio de lo fantástico? Mezcla autores verdaderos y apócrifos, seres históricos y ficticios; utiliza las citas falsas, introduce la pesadilla, se vale de los espejos y los sueños, de las conjeturas, de la duda, de los paréntesis…para desarrollar los finales abiertos, típicos de la literatura fantástica de nuestro siglo.

 


Taller de Escritura.

Salvat Editores

 

PATRICIA HIGHSMITH

 


Para esta autora la intriga forma parte esencial de cualquier relato. Sus novelas la organizan en torno al espanto. Cuenta de un modo casi monótono, sin inflexiones pasionales, los hechos más espantosos. El tono impasible es el de las pesadillas donde todo es inevitable y prepara la aparición de la desgracia. No emplea adjetivos ni exclamaciones que nos orienten hacia lo siniestro. Sugiere el suspense desde las primeras páginas y los peores vaticinios se cumplen de modo inexorable. Su juego hace que muchos lectores teman que les ocurra algo similar a lo que les pasa a los personajes. Veamos cómo lo plantea ella misma:

EL SUSPENSE

Patricia Highsmith afirma que toda narración que conste de un principio, un medio y un final tiene que tener suspense. Dice que sus características son:

      Presenta una amenaza de violencia y peligro, que a veces se hace realidad.

      Proporciona una distracción llena de vitalidad y normalmente superficial.

      No promete al lector pensamientos profundos o páginas sin acción.

Sin embargo, señala que se pueden escribir pensamientos y páginas sin ninguna acción física, siempre que el marco sea esencialmente un relato animado.

 


 

 

LO QUE SE PLANTEA

Patricia Highsmith asegura que al empezar a desarrollar un argumento se hace una serie de preguntas cruciales: Por ejemplo, para “Crímenes imaginarios” se planteó:

      ¿Cómo saldrá el héroe, vencedor o vencido?

      ¿El ambiente será de comedia, de tragedia o una mezcla de ambas cosas?

Sus respuestas fueron:

      El protagonista, Sydney, no sería víctima, pero tampoco vencido; no sería castigado ni atrapado, y de hecho, solo sería sospechoso de uno o dos crímenes.

      El tono sería ligero. Luego “espesó” el argumento agregando una serie de situaciones que ligaban con las que ya tenían.

 

 

EL VALOR DE CADA PALABRA

Patricia Highsmith busca que la primera frase contenga algo que ya se mueva y dé impresión de acción. Su novela “El cuchillo” comienza diciendo: “El hombre de los pantalones azul marino y camisa deportiva de color verde esperaba con impaciencia en la fila”.

En esta frase es fundamental la acotación “con impaciencia”. Le advierte al lector que algo inquieta al personaje. No es normal que alguien espere con impaciencia a la entrada de un cine. Lo anormal de la situación da lugar al movimiento del relato y al nacimiento del suspense.

En menos de treinta líneas el lector advierte que su presencia en la cola del cine es para tener una coartada. En menos de cincuenta líneas sale del cine y se dirige a cometer un asesinato.

En todos los casos, la atmósfera que consigue en las novelas depende en buena medida del primer párrafo o de la primera página.

En “El amigo americano” aparece el crimen en la segunda palabra. Ya advierte al lector que va a haber una muerte. Nos introduce de golpe en la acción y tema de la novela, más tarde sabremos que existe más de un crimen y más de dos muertos.

-”El crimen perfecto no existe-dijo Tom a Reeves-. Creer que sí existe es un juego de salón y nada más. Claro que muchos asesinatos quedan sin esclarecer, pero es distinto”.

 

 

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