viernes, 31 de marzo de 2023

MIGUEL DE CERVANTES


 

“El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, de Cervantes, es la primera novela moderna. Para justificar sus novedosos procedimientos, el autor explica cuáles son las leyes de la novela, da cuenta de su invención. Así, constituye para quienes escribimos un verdadero ensayo de teoría literaria. Nos ofrece una cantidad de pistas motivadoras y de ideas. Incita a la creación y es además un muestrario de cómo se desarrolla el humor, motor indiscutible de la ficción. Su recurso habitual es proponer o insinuar los hechos. Por otra parte, una característica con la que se anticipa Cervantes a su época es que dicha teoría la manifiestan los personajes y no nos la impone desde fuera un narrador.

 

LOS MECANISMOS

Desde el prólogo, Cervantes plantea su preocupación por la composición y la estructura. Utilizando la parodia dice: “Muchas veces tomé la pluma…Y muchas veces la dejé, por no saber lo que escribiría…” A lo largo de todo el libro insiste con el tema: la lucha que implica el proceso creativo, pero, también la felicidad. Va señalando también los matices que contribuyen a que el texto esté formado por narrador y lector.

      En el prólogo de la primera parte, Cervantes dice que Don Quijote está “lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno”.

      En el título del capítulo XXXIII dice: “De la famosa plática que la duquesa y sus doncellas pasaron con Sancho Panza, digna de que se lea y de que se note.

      En el capítulo XXVII: “De cosas que dice Benengeli, que las sabrá quien las leyere, si las lee con atención.”

 

¿De qué mecanismos se ha valido Cervantes para conseguir que se prestara atención a sus indicaciones sutiles? De la repetición. La insistencia es uno de los mecanismos habituales. Si bien sugiere, lo hace reiterando.

 


 

 

EL PRETEXTO

 

El Quijote se desencadena a partir de un pretexto: acabar con los libros de caballerías. Dice:

...él se enfrascó tanto en su lectura, que se la pasaba las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros (...)”

Cervantes trama una novela a partir de la parodia. Enfoca en clave de humor lo que puede producir la lectura de las novelas de caballerías. La técnica que da lugar a la novela es la ironía. O sea: Para el hilo argumental no es tan importante la acción, que a veces incluso deja interrumpida (por ejemplo: la aventura de Don Quijote con el vizcaíno queda suspendida precisamente cuando ambos “puestas las espadas en alto” están a punto de iniciar la contienda); lo que más importa es la técnica de la ironía.

 


 

 


LOS PERSONAJES

 

Tenemos un personaje central, Don Quijote, y otro que lo acompaña, Sancho Panza. Ambos personajes están muy bien diferenciados:

      Son singulares; están caracterizados tanto física como psicológicamente de modo diferente.

      Son creíbles: los presenta en continua evolución. La credibilidad la consigue, en gran medida, porque cambian hasta el punto de influir uno sobre el otro: el caballero andante retorna a la cordura, se “sanchifica”, y el escudero está loco e incita a su amo a salir una vez más de aventuras cuando éste está a punto de morir y se niega a hacerle caso. Lo destacable es que dicha evolución se ha dado paulatinamente, de ahí su efecto.

 


 

 


 


 

Taller de escritura.

Salvat Editores.

 

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