viernes, 31 de marzo de 2023

PATRICIA HIGHSMITH

 


Para esta autora la intriga forma parte esencial de cualquier relato. Sus novelas la organizan en torno al espanto. Cuenta de un modo casi monótono, sin inflexiones pasionales, los hechos más espantosos. El tono impasible es el de las pesadillas donde todo es inevitable y prepara la aparición de la desgracia. No emplea adjetivos ni exclamaciones que nos orienten hacia lo siniestro. Sugiere el suspense desde las primeras páginas y los peores vaticinios se cumplen de modo inexorable. Su juego hace que muchos lectores teman que les ocurra algo similar a lo que les pasa a los personajes. Veamos cómo lo plantea ella misma:

EL SUSPENSE

Patricia Highsmith afirma que toda narración que conste de un principio, un medio y un final tiene que tener suspense. Dice que sus características son:

      Presenta una amenaza de violencia y peligro, que a veces se hace realidad.

      Proporciona una distracción llena de vitalidad y normalmente superficial.

      No promete al lector pensamientos profundos o páginas sin acción.

Sin embargo, señala que se pueden escribir pensamientos y páginas sin ninguna acción física, siempre que el marco sea esencialmente un relato animado.

 


 

 

LO QUE SE PLANTEA

Patricia Highsmith asegura que al empezar a desarrollar un argumento se hace una serie de preguntas cruciales: Por ejemplo, para “Crímenes imaginarios” se planteó:

      ¿Cómo saldrá el héroe, vencedor o vencido?

      ¿El ambiente será de comedia, de tragedia o una mezcla de ambas cosas?

Sus respuestas fueron:

      El protagonista, Sydney, no sería víctima, pero tampoco vencido; no sería castigado ni atrapado, y de hecho, solo sería sospechoso de uno o dos crímenes.

      El tono sería ligero. Luego “espesó” el argumento agregando una serie de situaciones que ligaban con las que ya tenían.

 

 

EL VALOR DE CADA PALABRA

Patricia Highsmith busca que la primera frase contenga algo que ya se mueva y dé impresión de acción. Su novela “El cuchillo” comienza diciendo: “El hombre de los pantalones azul marino y camisa deportiva de color verde esperaba con impaciencia en la fila”.

En esta frase es fundamental la acotación “con impaciencia”. Le advierte al lector que algo inquieta al personaje. No es normal que alguien espere con impaciencia a la entrada de un cine. Lo anormal de la situación da lugar al movimiento del relato y al nacimiento del suspense.

En menos de treinta líneas el lector advierte que su presencia en la cola del cine es para tener una coartada. En menos de cincuenta líneas sale del cine y se dirige a cometer un asesinato.

En todos los casos, la atmósfera que consigue en las novelas depende en buena medida del primer párrafo o de la primera página.

En “El amigo americano” aparece el crimen en la segunda palabra. Ya advierte al lector que va a haber una muerte. Nos introduce de golpe en la acción y tema de la novela, más tarde sabremos que existe más de un crimen y más de dos muertos.

-”El crimen perfecto no existe-dijo Tom a Reeves-. Creer que sí existe es un juego de salón y nada más. Claro que muchos asesinatos quedan sin esclarecer, pero es distinto”.

 

 

Taller de Escritura  -   Salvat Editores


 

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