La finalidad de la escritura puede ser infinita, abstracta, mágica, íntima, lúdica.
¿Para qué escribes?
¿Qué andas buscando?
¿Diversión?
¿Eternidad?
Tal vez sientes la necesidad de enfrentarte a ti mismo. Puede que necesites comprenderte mejor. Quizá deseas corregir el curso de los acontecimientos que han marcado tu vida.
¿Es la mentira tu objetivo o quieres diseñar la verdad absoluta?
Puede que quieras añadir a tu mundo todo lo que le falta o puede ser que prefieras inventar mundos distintos, paralelos, enigmáticos, conflictivos, obsesivos..
A lo mejor escribes para soñar, para definir mejor tus secretos o sencillamente para perpetuar tus deseos.
Escribe para qué escribes. Tómate tu tiempo. Hazle un hueco al descubrimiento o déjate llevar.
Cuando tengas tu texto te sorprenderás. Es la magia de la escritura.
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