Había una vez un artífice de sueños que confiaba plenamente en la eficacia de los mismos. De él aprendí que para que un sueño se cumpla debe iniciar un viaje irremediablemente ascendente. En esta elevación el sueño tendrá que subir siempre depurado, limpio y ligero de peso. Un sueño no debe pesar demasiado.
Solo entonces y en un punto intermedio de esa travesía, nuestro sueño podrá mezclarse con la suerte y la ilusión. Habrá espejos infinitos cuya misión será reflejar la realización de este proceso.
Pero una vez que el sueño se cumple y ya deja de ser un sueño…¿dónde habita el deseo que lo originó?
¿¿¿En serio???
Truman Capote piensa que no es necesario para un escritor usar un cuaderno de notas. Dice textualmente que “si el concepto es lo suficientemente bueno, si de verdad te pertenece, entonces puedes olvidarlo…te perseguirá hasta que lo escribas”.
Reflexiono sobre esto.
Deberías sentarte a escribir; tal vez un texto de definición (un poema, una prosa poética, un cuento, una reflexión) en el que podrías dar contenido a la palabra AMAR. Además, sería importante mezclar elementos determinantes en la vida de cualquiera; por ejemplo, EL MAR, EL AIRE, EL AQUÍ Y EL AHORA.
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