Mi nombre estaba solo hasta que yo nací. Fue entonces cuando lo atrapé. Mi madre lo había diseñado eterno para que siempre sonara alegre; desde el horizonte hasta la arena. Mi nombre es Mara y junto a él vivo inevitablemente mi origen, mi desorden, mis inviernos y mis sueños. Mi nombre es Mara y junto a él doblo inevitablemente todas las esquinas.
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