jueves, 20 de julio de 2023

EL JUEGO

 


Lo placentero de la escritura va ligado a su aspecto lúdico. Recuperar la capacidad de asombro, típica del niño, es un objetivo fundamental a la hora de escribir. El juego nos provee de herramientas inmediatas en el campo verbal. Montar pirámides con palabras, desmontarlas, encontrar palabras escondidas dentro de otras o jugar a los acrósticos son algunas de las posibilidades.

Jugar suscita el deseo de explorar. Exploramos en el campo de la gramática o el diccionario y los convertimos en artefactos creativos; practicamos la escritura colectiva y descubrimos recursos inesperados; investigamos en los moldes fijos y los rellenamos con un  contenido diferente.

  • Jugar nos permite acceder a las múltiples funciones de la escritura.
  • Recuperar el placer del juego infantil nos conduce a explorar la realidad desde otros ángulos.
  • Tener en cuenta que el juego está vinculado a la libertad, la rebelión, el placer, la diversión y los ritos.
  • Jugar con las palabras es un medio de indagar en la significación que nos aportan las formas.
  • Alterar la estructura del lenguaje es un modo de generar nuevos campos semánticos.
  • Buscar palabras en el interior de otras palabras y de otros textos.

 


Jugar con el lenguaje, en todos sus registros y modalidades, nos permite explorar el mundo real, manipularlo y crear. La actitud lúdica está vinculada a la creativa. 

El juego, lírico o novelesco, se impone sus propias reglas, más o menos rígidas o flexibles, y así es como genera textos.

A través del juego las palabras se dejan manipular y percibimos cómo los sonidos y las letras se buscan y se encuentran, y logran infinitas combinaciones entre sí. 

Para muchos escritores, los naipes, el ajedrez, la ruleta, el fútbol, los puzzles y tantos otros juegos, han sido modelo, tema o motor principal de algunas de sus obras.

  • La función lúdica se impone en la poesía, que es donde más se transgrede el lenguaje.
  • Un texto caótico nos permite jugar para descubrir otros textos.
  • Las reglas y los dibujos de los juegos de cartas pueden ser el motor de un texto.
  • Muchos cuentos y novelas demuestran que el juego es útil como detonante de la creatividad.
  • El núcleo temático de una novela puede ser el juego.
  • Las jugadas, los avances y retrocesos, y otros aspectos de un juego pueden ser el modelo de las secuencias narrativas de una novela.

 

"El castillo de los destinos cruzados" es una obra en la que Italo Calvino narra sus narraciones en las cartas. Leamos:

 

 

 

Taller de escritura.

Salvat Editores.

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