viernes, 7 de junio de 2024

ITALO CALVINO

 


Siempre atento a lo que ocurría a su alrededor tanto social como políticamente, y gracias a su pasión por experimentar, Calvino encaró una nueva aventura con cada libro, tanto temática como estilísticamente. Gran parte de su narrativa tiene el tono y la estructura propios del cuento popular. La mayoría de los libros que componen su obra son edificios fantásticos-a veces por el tono, a veces por las situaciones-, y suelen seguir el esquema de las rondallas. Pasa del empleo de los símbolos a una concepción de la literatura como proceso combinatorio de historias. Es un gran experimentador. Sin embargo, a través del juego y de la invención de novedosos procedimientos, el escritor no deja de aludir a los problemas que asolan al hombre contemporáneo.

 

Las etapas

Italo Calvino pasó por diferentes etapas literarias, determinadas tanto por sus preocupaciones sociales como por su necesidad de cambio, hecho que intentó en el medio que mejor conocía: el campo del lenguaje y de la narración. Planteamos la siguiente división en etapas desde un punto de vista técnico. En realidad, tanto el testimonio como el juego y la reflexión son preocupaciones constantes y conectadas entre sí en casi toda su obra. El objetivo es escribirlas con el fin de generar ideas.


ETAPA TESTIMONIAL

La corriente neorrealista dominaba el panorama italiano cuando Calvino se inició como escritor. Se concebía la literatura como un medio para el testimonio personal. Sin embargo, si bien él enfoca su primera novela “El sendero de los nidos de araña”, inmerso en esa euforia confesional y cuenta su participación en la lucha partisana, lo hace de un modo distinto: desde la visión de un niño y en una atmósfera fantástica.


 

 


 

ETAPA LÚDICA

Calvino incorporó las máximas posibilidades del juego en muchas de sus variantes como hilo conductor de sus textos. Es decir que experimentó con el azar, empleando juegos cuyo resultado no depende de la habilidad sino de la suerte, pero lo hizo de un modo consciente, probando entre los vericuetos del lenguaje cuyas reglas recreó. Así escribió “El castillo de los destinos cruzados”, donde las cartas del tarot son las organizadoras de la historia.

Un ejemplo ineludible para encarar la escritura creativa es la novela “Si una noche de invierno un viajero”. En ella, y tal como lo especifica él mismo, tuvo que escribir el inicio de diez novelas distintas: una, todo sospechas y sensaciones confusas; una, en que todo son sensaciones corporales y sanguíneas, una, introspectiva y simbólica; una, revolucionaria, existencial; una, cínica-brutal; una novela de manías obsesivas; una, lógica y geométrica; una, erótica perversa; una, telúrica primigenia; una, apocalíptico-alegórica.


 


 

 ETAPA REFLEXIVA

Desarrolló a lo largo de su vida una detallada y variada reflexión sobre el hecho de escribir sumamente aprovechable en la práctica de todo escritor. En su libro “Seis propuestas para el próximo milenio”, se publican algunas de sus reflexiones acerca de las condiciones para que la escritura creativa sea más rica. Dichas condiciones son:

 

-Levedad-Se asocia con precisión y determinación, no son vaguedades.

 

-Rapidez-Implica economía del relato. Si se trata de peripecias, aconseja narrar lo más esencial.

 

-Exactitud-Se refiere al diseño y la organización de la obra, que debe ser bien definido y calculado. Para ello, reducir los acontecimientos contingentes.

 

-Visibilidad-Partir de la palabra para ir a la búsqueda de la imagen visual, y no al revés, es lo que Calvino aconseja.

 

-Multiplicidad-Enfocar la novela moderna como si fuera una enciclopedia.

 


 

 

Taller de Escritura.

Salvat Editores.

 

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