jueves, 22 de agosto de 2013

MIS HOMBROS SOLITARIOS.

Imagen: ANNE JULIE AUBRY
Tras el fuego ceniza. Tras las huellas fantasmas. Tras las deudas, un saldo imprevisto. Tras las heridas, una bandera. Tras el presente, caminos que no fueron elegidos. Tras la mañana, oscuridad y nubes agazapadas. Tras las palabras, refugios. Tras las puertas, habitaciones con ventanas de luz. Tras el tiempo, edad y una vida. Tras la renuncia, un vacío. Tras el camino, mil manos que atrapan las sombras. Tras el viajero, el mágico poder del azar. Tras el amor, contradicción. Tras el final, tus labios siempre y tus ojos, siempre.
Escucho quemaduras que persiguen mis sueños y las acepto sobre mis hombros solitarios. Apoyo la libertad sobre todas las cosas y las tardes para pensar y todos los lados de la conciencia.
Quisiera apropiarme de tus pasos y convencer al mundo de todos los posibles finales.
Esta sucesión de días me sigue conmoviendo. Despego todos los nombres y muestro mis provisiones. Acierto siempre que niego y nunca dejo de apretar tus manos, ésas que ya no me pertenecen.

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