viernes, 21 de abril de 2023

25 DE JULIO. 2002


Hay dos personas en una cama. La cámara se acerca lentamente. Puede distinguirse ya a un hombre y a una mujer. Él sobre ella. Besos húmedos. Lenguas calladas. Ella lo abraza con sus piernas y extiende sus brazos para agarrar la almohada. Enloquecida lo besa con un significado que el espectador puede llegar a interpretar. Él acaricia su pecho con una boca insaciable y lentamente asciende hasta su cuello para acabar rendido ante la complicidad de los labios de ella. Se hunde en el lugar de los sueños más cálidos y de pronto abre los ojos como queriendo comprobar que ella sigue ahí, voluntariamente esclavizada por el peso de su cuerpo. Le dice que la quiere y ella sonriendo se deja hacer hasta que estalla la vida de ambos en cientos de fuegos artificiales.

El espectador se emociona.

 

 

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