miércoles, 4 de septiembre de 2013

DETENER LOS SUEÑOS




Los instantes se acercan inmensos
Resistiendo el peso de la lucidez
Reflejando huellas raras donde se instalan las palabras

No soy capaz de preguntar por la espalda
Confío despacio y … generalmente cuando cae la tarde

Más allá de las aguas tranquilas
Donde los silencios se conjugan con los insomnios
Y las bodegas parecen tan despiadadas
Se erige una ciudad inquieta

Yo aparezco allí, sumergido desde el alba
Inquieto entre las sábanas
Envuelto por recuerdos que a veces llegan adormecidos

No me importa esta espera
No me cansa mi propia respiración
Ni me aturden las paredes de esta habitación inmensa

El caso es que alguien acaricia mi cuerpo
Entonces siento cómo mi razón se debilita
Ante las cubiertas opacas de esas manos y esas penumbras

Conozco la dimensión exacta de la mentira
Y es por eso que no soporto nada que no suene a mar

He elegido voluntariamente alejarme del dolor
Y detener los sueños
Y habitarlos cada vez que me plazca

Me gustaría permanecer así
En esta cocina ajena que ya no es mía ni tuya
Sentado a la mesa
Frente a una taza de café
Abrigando voluntades
Vigilando las temibles confusiones que se derivan de oponer el sol y la noche

La puerta continúa cerrada
Al otro lado suenan por última vez ciertas ilusiones rotas bajo la ducha

Abro mi cuaderno
Y escribo versos que hablan de amor y soledad
Versos que siempre hablan de ti

Entonces cierro los ojos
Y la última imagen que pasa
Es una alambrada de color amargo.

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