Sin luz
en el laberinto
Regreso
por todas las salidas imaginarias
Escucho
disparos y ráfagas de niebla
Entre
mis sábanas indecisas
Ya no
estamos nosotros
Nos
hemos perdido sobre el filo de las sospechas
Arde un
lago sorprendente y extenso
Suenan
los árboles de un bosque abandonado
Mi
cintura y mis labios y mi espalda se han
quedado sin sentido
Entonces
… ¿Es el viento el que acaricia mi cuerpo?
Caen
todas las leyes
Y mi
corazón se desata
Y todo
tiembla
Y todo
pasa
Y nada
importa
Y ¿tú no
existes?
Desde el
asiento de este autobús urbano creo escuchar el canto de una sirena
Es la
señal
He
llegado a la última parada
Bajo
Me quedo
inmóvil sobre la acera
Contrapesando
la realidad insoportable, vacía e insostenible
Entonces
inicio un vuelo lento
Hasta la
estricta lejanía de un país encantado
Un
refugio para siempre
Para
borrar el miedo
Para
curar heridas
Para que
nada vuelva a romperse
“nunca
jamás”.
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