viernes, 13 de septiembre de 2013

PUNTO DE MIRA


Existe un halo mistérico que lo envuelve todo. Ni siquiera es necesario pensar en el misterio si uno es capaz de asumirlo; si uno es capaz de sentirse iluminado por su inmenso poder. Un poder absoluto y mágico que llega hasta la luz; esa luz que no sabe de su existencia, que no sabe del alcance de los conocimientos, esa luz que persiste diariamente ofreciendo un sentido cálido a todo aquello que permanece y permanecerá bajo el sol.
El hedonista sin religión no se plantea nada más que mirar con sus ojos de poeta el ciclo vital de todo lo que alimenta su vida: el amanecer, el anochecer, el sol, la luna, las flores frescas y las marchitas, las hojas que brotan en las ramas de los árboles y la caída de las mismas; primavera, otoño, luz, oscuridad...vida y muerte.
Nada cambiará nunca.
Todo cumple su ciclo. Como si los procesos estuvieran diseñados de forma científicamente automática, de forma invisible, de forma intangible, de forma irremediable.
¿Por qué insistir en llegar más allá?
¿Por qué tratar de comprender?
¿Por qué no dejarse arrastrar?
La vida se sale por los cinco sentidos... Disfrutar de todo lo que nos ofrece era ya un concepto renacentista. Es lo único que nos aporta una magnitud gigantesca. Por eso el poeta se siente engrandecido; por eso para el poeta, cualquier tierra, cualquier pueblo es UNIVERSAL, porque sirve como punto de mira. Un mirador para observar estrellas y cada estrella es un brillo nuevo que se suma al brillo común de la luna llena. Al poeta le bastan sus sueños...

No hay comentarios: