El lenguaje de tus ojos es a veces
incierto
Me pierdo en el laberinto de tus
manos
Mis pasos se desdibujan sobre los
límites de tu cuerpo
Encuentro dioses perdidos
Me preocupa poder olvidar alguna de
las líneas que determinan tu rostro
Por eso presto tanta atención
Desecho todo lo que resulta
práctico
Y sobre lo que queda perfilo
orillas infinitas
Costas perpetuas
Aguas serenas
Asesino los monstruos que siempre detesté
Y me aferro a nosotros
Como amantes
Como héroes anónimos y domésticos
Que comparten pudor, dignidad y
motivos para seguir adelante
Todo esto me tranquiliza de alguna
manera
E inspira en mí ciertos destellos
de hermosura
Me da por componer palabras bonitas
Me da por colorear algún pedazo de
cielo
Y es entonces
Cuando me siento capaz de afrontar
Todos los peligros
Todos los errores
Todos los venenos
Todas las vergüenzas
Todos los propósitos.
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