Imagen: MERITXELL RIBAS |
Hay un silencio cruel de donde
surgen nombres desnudos.El delirio cruza despacio abismos
inolvidables y el cielo se alza cada vez más
alto, cada vez más inaccesible;confundiendo sueños;eludiendo mis gritos.
Amontono risas perdidas sobre un
fondo azul y cruzo espacios donde los labios
huelen a lirios. Mi cuerpo tiembla ante las ranuras
que se abren en el vacío. Mis manos devoran palabras...
Recuerdo poemas que una vez huyeron
de mi mente. Mis pies saltan sobre un mundo
blando y mullido y mis hombros se fortalecen con
sólo alcanzar una nube.
Algo brota en mi interior. Alguien desconocido me llama con
insistencia...Escucho el rumor de un río
inacabable.La luz ilumina mi carne.Amarro a mi cintura los rayos de un
amor apasionado.Creo que en el mar mueren los
ángeles. Pero... no estoy seguro. Mis sentidos patinan sobre el
espejo.
Desde lejos el viento sopla con
suavidad. Me siento capaz de predecir todas
las curvas que dificultarán mi camino. No tengo la necesidad de pedir
perdón...así que oculto mis dudas bajo la
ropa y comienzo a escribir historias ilógicas...infinitas... inhumanas... inusuales...intrigantes... inverosímiles... insanas e inconclusas...
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